Thursday, November 26, 2009

Los Ojos de la Madurez


Miro los ojos de la madurez,
Ingreso en lo profundo del abismo,
en lo inhóspito de las dudas,
en lo desesperado de la desnudez,
cuando el viento no lleva rumbo,
cuando las ideas no fluyen,
y la brújula no inventa
en dar sus volteretas,
siempre en el mismo sendero.

Apoyo en el hombro
las ilusiones desvanecidas
al enfrentar los antojos
forjados al destino,
callada en la angustia,
he de levantarme
una y otra vez,
la aurora desmaya
al salir en mi ventana,
insiste en ser libre y audaz,
sin esperar un segundo menos
ni un segundo más,
justo al amanecer
florecen los ideales
cambian las preferencias,
se posa sobre el claro día
un nuevo despertar.
a la espera fiel
de que se anestesien
los cantares para el pobre,
y el aullido del doliente,
del que sufre en silencio,
por la partida de un sueño
que se quiebra a pedazos
en altares derrumbados
atesorando los pasos,
o el adiós indispuesto
por la cenizas del viento.

He de asegurar los principios
destinando lo fuerte
a lo espectacular de lo bueno,
a lo de un abierto beneficio,
en lo tremendo de la tempestad,
donde no cabe el temor,
ni las huellas son sorpresas,
ante el sublime misterio
del amor y sus vueltas.

Servir es mi destino,
al poder y a la grandeza,
al brillo de unos ojos,
que descansan en su reposo,
hasta la raíz de unas entrañas
desatadas en palabras.

Sierva es el alma en agonía
y siervo un corazón desmenuzado
perturbado y en desuso,
empalagado de versos,
en los dulces desvaríos
de un alma atormentada,
con caricias de sol
irresistibles al nacimiento
de un fugaz espacio
disfrazado en el deleite
de unos mojados besos.

En cada puerto una verdad,
llegaran a ti sin cesar,
entenderán las razones,
al esconder los secretos,
a la complicidad de tu lecho,
compañeros de anhelos,
escalonados pasean
por las calles abiertas
del baúl de los recuerdos.

Se hunde un pozo
en el relato de un cuento
aunque sediento se halle
un tonto corazón
soporta la sed insaciable
que desatan las lluvias.

Tú, serás el sosiego a mi sed
el colirio a mis ojos,
el bálsamo a mis lágrimas,
la cura a mi enojo,
el velo que rasgue
la madurez de mis ojos.
POEMA REGISTRADO EN DERECHO DE AUTOR, ESCRITO POR XIOMARA PEREZ