Sunday, April 15, 2012

ESCRIBIR ES VIVIR

Escribo, cuando la pluma no tiene otro nombre que descubrir la pura esencia del ser, Escribo porque nos sometemos a las debilidades, a las culpas, a la soledad y al saber. Escribo, cuando la tinta resulta indeleble a los portazos de un encierro en variedad, Escribo porque la multitud de esos porrazos son de nieve y no de algodones, y porque al final, resulta muy dura la realidad. Dibujo, para no pensar alternando con un ingenio total, adecuo los pensamientos de manera que se hagan esclavos a un narrar intenso y que los colores se perfilen haciendo fiesta con el viento. Cuento, porque hay historias que merecen recordarse, río porque el colmo de una sonrisa es la llave sublime al paraíso, Respiro, porque la naturaleza se apiadó a todo lo ancho de mi ser, manejó sus hilos y los hilvanó a mi favor. Canto, porque las aves prefieren oír el dulce canto de esperanza, al eco fruncido de un ruiseñor. Lloro cuando se derrite un latido a pulso de corazonadas entrelazadas entre la cara de una moneda sin figuras de ningunas a su dorso, ni al revés ni a la derecha. Escribo porque va más allá de lo que puedo esperar de lo que no debo desechar, escribo, en la perfección del verbo, porque plasmar las palabras es sabiduría agasajada al pensar, Escribo, cuando me embarga el silencio cuando se agotan mis últimas notas, cuando ese saber no emociona ni el sabor de las letras trastornan. Escribo, porque mi mano eres tú, porque no puedo en mis fuerzas albergar una esperanza perdida, porque desmaya mi socorro, y mi cobija no roza el frío que agobia; aquí estás tú, allá está el error, el encuentro ideal, el que no tiene fin,. el que no desaparece por su eternidad, el que no se hace invisible y sin voz, con el que tengo que vivir a sol y a sombra, contra viento y marea. Se hospeda un derecho que no puedo elegir, tan lejos y tan cerca a la vez, tan solo escribo, porque al derramar la tinta sobre este blanco papel elijo libremente el simple hecho, de hablar con Dios.