Friday, June 22, 2012

EL DOLOR DE UNA HERIDA





Veo la mancha imborrable,
Veo la cosecha de un dolor,
Veo la traición emborracharse
Con la palabra y la desilusión,
Veo arder el fuego en su furor,
Veo la huella de una herida,
Ennegrecidas por el tiempo,
Intachables y volubles,
Contando historias
De un vil pasado
Envuelto en las sabanas
De una ramera infidelidad,
Secuestrada en sus instintos
Navegando sin parar.

Veo el dolor profundo
en la figura de una llaga
tan honda, tan ciega
como un pozo de lagartos,
veo que quiebra los huesos,
veo que aniquila un suceso,
veo que mata a pedazos,
veo que suelta su veneno
y dibuja hileras de invierno.

Duele en la carne,
Duele en el alma,
Percibo que hiere
Aunque sea de lana,
Una en la piel seca
Y cubierta de escamas,
Una en el alma, mas seca
Y también desgarra,
Siguen ahí,
Sirviendo su estadía,
Como cruel sinfonía,
Haciendo música
Con las fibras
Que tocan la alegría,
Hirviendo en un caldero
De rabia y desencuentros.
Si pudiera
arropar de colores su cuerpo,
Si pudiera
Descargar, los pinceles en su techo,
Si pudiera
decorar su ropero,
Mataría a balazos su lecho,
De las células muertas
Que brotan de una noche
Servida en la copa.
Si pudiera,
Cortaría mil veces el árbol
Que deja el fruto
del sabor del dolor
en mi boca.

Ya no vería su rostro
De espanto
Ondear su bandera
De tristeza y llanto,
Ya no vería sus ojos
Descifrar el horror del amor
de la sangre derramada
en sus manos.