PARA COMPARTIR MIS ESCRITOS DE POESIAS, RESALTAR EL VALOR DE LA MUJER EN EL MUNDO, Y DAR A CONOCER A UN DIOS DE AMOR, REAL Y ESPECIAL, AL QUE YO LLAMO MI POETA.
Monday, September 17, 2012
CONOCIENDO AL ENEMIGO
El mal se vistió de negro,
intentó versificar sus estrategias
para destruir la mañana,
arropó el alba de un flechazo
cuando resplandecía con su brillo
para imponer sus normas,
ahora, un don nadie es una imagen
que aparece de la nada,
del vacío de respuestas
que todos confrontan tener,
muchos, le siguen a un nombre
sin ningún significado,
muchos, tropiezan su hora
con la dura y onda oscuridad,
denigró hasta lo más bajo
y buceó en la suciedad,
se alimenta de iniquidades,
revestidas de verdad,
un pleno multicolor disfraz,
que bombardea sin piedad,
caen muchos porque no temen,
caen muchos, por ignorancia,
y muchos en sus pasiones
deletrean a su paso
y prefieren rebotar.
A capa y espada se esconde
como ladrón en la noche,
como presa fácil es su ataque,
como león enjaulado
adherido en sus insultos
ventea un aventado final,
cosa insólita, cosa rara,
cascada abierta al alboroto
de su terrible habilidad,
para desarmar en su vil picardía
toda una jornada de humildad.
Da brincos sin parar,
porque sus mechas ondean
en su más grande espejismo,
circulando un aire individual,
actúa como si quisiera
asemejarse al mismo señor,
se hace llamar rey de este siglo,
príncipe de las tinieblas,
dragón entre dragones,
y su rugido de león
se escuchan sin cesar,
consintiendo en resultar
ser más que el mismo Dios,
pero más pudo el Bien
que su propia maldad
y el derroche de su vil necedad.
La sangre es derramada
inocentemente y sin piedad,
porque muchos se entregaron
sin detenerse a pensar
a la raíz profunda del mal,
cuando existían todavía
promesas y voces
de gritos y trompetas
que derribaron los ecos
infundiendo la verdad,
¡Ay de aquel que no escuchó
en el canto de su voz!,
Ay del que no accedió a tiempo
a radicar su cambio!,
¡Ay del solo y del aburrido,
del cansado y de su aullido!,
porque escondió su reclamo
y se quedó en su propia gloria,
ya tarde fue su desencuentro.
Paz y gozo al que escogió
formar parte del pequeño pueblo
que se acercó a la voz,
el que estudió las estrategias
y supo combatirlas,
aquel que en su lucha
se ubicó en el plan de espera
que advirtió y ahogó sus penas,
el ceñuelo en el loor de su velo,
y sin temor alguno, asimiló en su vuelo.
Etiquetas: Mujer, Dios, Poesía, Oración, Música
Condiciones del ser
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