Eres mujer,
la sombra del arroyo,
un paso gigante al paraíso
muestra de esencia y altruismo,
capaz, leal y efímera
en encanto de tu brisa,
ilimitada y frágil criatura,
imagen del ser y la ternura.
Pétalos adornan tu estadía,
Temporal ensayo de poesía,
aroma de mirras,
ungüento de virtudes,
solemne maestra de la vida,
a ti te dieron la llave,
la clave y la armonía,
a ti colmaron de flores
desvanecidos en la alegría,
ser sublime y etéreo,
delicada voz de lo tangible,
claro regalo de lo irreconocible.
Es tu ingenio lo que adivino
se cruza de un lado a otro,
en tu candor irreparable,
el honesto vestigio
de tu inocencia me enamora,
refleja la virgen esfera
del canto de un ruiseñor,
fuiste esmerada como sol
dulce compañía,
sin ti, se apaga el hechizo del corazón,
aprietas de frente en tu regazo,
donas cada abrazo,
contigo nacen los cantares
y navegan los versos paso a paso.
Eres mujer la fuerza que mueve los corazones,
la sabia actitud ante la vida, el vivo retrato
de la paciencia combinados de amor y de pureza,
solo tu puedes ser mujer, madre y amiga,
solo tu puedes combinarlos en un solo don,
porque es la respuesta a la fantasía
de un regalo perfecto de nuestro Dios,
por eso te destino a ser el original
de un ideal perfecto.
Proverbios 31, 30.- “Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”.
