La mirada cabizbaja,
el mudo pensamiento,
la saeta conveniente
que vuela en contra y no a favor,
el verdugo de su estimado indicador,
acostumbrado a pisotear
revelando fríamente su tirada
hacia ese piso acusador.
Desestimo el extenuado horario
que trilla hasta morir,
resolución inadecuada
para manejar la vida,
regala de a gratis
punzantes espinas,
más no rosas,
se gasta un aguijón sin disculpas,
evasiva y de la propia culpa,
es el argumento en detrimento,
sin base ni fundamentos.
Escapar es lo que quiere,
gritar a todo volumen
el desahucio de sus sueños,
corriente irreverente,
audaz dolencia
que se queja de un todo,
porque se agota en extensión
el lamentable record del error,
fuga precipitada
de piedras que son palabras,
eclipse de un quebrado corazón
roto en mil pedazos.
¿Cómo definir el agotado tormento,
sin discernir cada desfallecido intento?,
Agite innecesario,
cordón que ahoga sin cesar,
porque no concibe este descarrío
confuso desasosiego al rodear la razón,
basta simplemente,
el golpe pasivo
en el vestigio inmerso
de su bestial dolor.
SE CANSA TANTAS VECES EL AGITADO CORAZON