Monday, April 16, 2012

EL BRILLO DE SU AUSENCIA

Acaba la pesadumbre cuando corro a ti, e insisto en refugiarme en tu dulce mirada, su ausencia pesa como roca en toneladas, y tu lo sabes y lo cuentas, se siente el vacío la firmeza al son de sus pasos atesorados, se han tornado invisibles y no hay mas reproches en el eco de su garganta, la magia de su sonrisa se ha desvanecido, y el perfume de su fuerte es la cabeza de mis decisiones, es la razón para vivir. El es el todo de mi todo, el que prendió mi corazón y se conmovió mi ser tras su hablar y su andar, lo buscaba en las noches y en la largura de las madrugadas y no lo hallaba, golpeaba el amanecer con el rocío de la aurora, y no lo hallaba, se perdió en sus desvanes y sus palabras no repicaban, como canto de timbales resonando la esperanza, no me respondía, no atinaba en su regazo. El es fuerte, es capaz, es sagaz, desborda su sabiduría en la tabla de la ternura, en el desquite de su hermosura, sus ojos reflejan las aguas perfectas del ancho mar, su transparencia como el cielo, YO SOY DE EL, Y EL ES MIO, como miel en desafío, como leche en la mañana, blanca nieve en mi ventana, sus besos son codiciables, su aliento brota un sol en llamas, él es el amor, él es mi gran amigo. Conozco sus penas, sus desaciertos, lo que enloquece sus celos, sus necios miedos, se de sus luchas y desenfrenos, se de sus debilidades y equivocaciones, se del frenesí de sus desvelos. puedo mirar su alma, rasgar el velo de sus entrañas, penetrar a sus fantasmas, y se como oculta sus mañas, tras el soplo de una mirada, tras la brecha de una sonrisa, tras el fondo de un espejismo, pero tierna nunca fría. Su alma es limpia y ajena, le pertenece a Dios, es eterna y para siempre. Conozco su andar y su recorrido, Imagino lo que respira a cada minuto, es imponente como ejercito en orden, es vencedor y guerrero incansable. Voy detrás de sus deseos, a ti entrego mis amores, a ti el sufragio de un alma, a ti vendo mis temores, colócame como sello sobre su corazón, como marca tatuada en su frente, como huella imborrable, al acecho del amor, porque duros son los celos, como brasa que queman, matan de cabeza, el ardor de sus brazas, que no atinan a apagar el degrado de las cenizas ni tampoco un mar de lagrimas ni los ríos en su cauce mitigan su ardor en su componte. Hallare paz en sus ojos, en su voz, en su anhelo, y tu harás fiesta para mi como collar sujeto a mis huesos, porque este amor presiento, es hasta el final de mis sueños.