PARA COMPARTIR MIS ESCRITOS DE POESIAS, RESALTAR EL VALOR DE LA MUJER EN EL MUNDO, Y DAR A CONOCER A UN DIOS DE AMOR, REAL Y ESPECIAL, AL QUE YO LLAMO MI POETA.
Thursday, June 14, 2012
EL PRINCIPIO DE LA FE
¿En qué está basada nuestra fe?,
¿en el estrecho perfil de lo que se ve
o en la inmensidad de lo que no se ve?,
pregona un pueblo clamando señales,
otros rallan en la ignorancia,
y en sus lamentos levantan
una pared de preferencias
demandando sabiduría,
otros, se estancan
en un inadecuado sistema
de conformismo autóctono,
en un nativo trasfondo
ensalzado en su discernir
en un detallado comportamiento
que resulta aprendido,
heredad inhabitual
corrompida de costumbres
y vano tradicionalismo.
Unos, se lanzan
a pasar por alto
el concepto de UNICO,
la sola promesa revestida
de única respuesta
conjugada en un verbo,
unigénito compromiso,
la del solo Dios con nosotros,
prefiriendo verter su energía
y refundirse en sus confusiones
a través de una fiel idolatría
a imágenes fabricadas
que no dicen nada,
que no hablan nada,
encontradas en un estado
posible de mortalidad,
hechas por mano de hombre,
manos que fusionan materia,
imágenes de puro metal,
piedra, yeso o madera,
símbolos ilustrados
en un marco estático,
donde no hay ojos
que ven la verdad,
ni manos que toquen
el triste desahucio
del débil y el pobre,
sin oídos, que escuchen
el grito del doliente
la tribulación del necesitado,
sin boca, que confiese
la abundancia de la fe,
es el gentil ser humano,
que dibuja sus tragedias
en un retrato transfigurado,
en la misma muerte sin vida.
La vuelta a la vida
solo se obtiene al despojo
de sus vanos prejuicios
y de sus falsas interpretaciones
de una naturaleza errónea
ubicada en la flor
de la sustancial realidad,
en el hecho mismo,
de morir el tormento
y el pasado advenedizo
y en el hecho, de ganar
una nueva identidad,
en la vida que ofrece
el solo Dios señor,
perfecto y real,
rey del cielo y de la tierra
y señor de la humanidad.
Esta fe de la que hablo,
mueve montañas y fronteras,
mueve el mar, el cielo
y la simiente de la tierra,
mueve el eco del misterio
y el horror del error,
desvanece el mal,
la raíz profunda
de la terrible maldad.
Habacuc 2, 4.- “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”.
Etiquetas: Mujer, Dios, Poesía, Oración, Música
Condiciones del ser
Subscribe to:
Posts (Atom)